Mario Pérez tiene una PYME dedicada a la fabricación de todo tipo de anuncios publicitarios, desde anuncios con luces hasta impresión de vinil, por lo que tiene una pequeña flotilla para hacer las entregas de sus proyectos. Hace poco más de un año llego a nosotros con la intensión de tener un mejor control de sus unidades, ya que comenzó a notar inconsistencias en los gastos de gasolina.
Tras haber instalado el sistema de rastreo en todas sus unidades, se dio cuenta que algunos de sus choferes tenían malas prácticas, algunos incluso hasta peligrosas. Como el caso de Juan.
Antes de instalar el sistema de rastreo, era bien sabido que Juan llegaba tarde al trabajo, en especial los lunes. En lugar de entrar a las 9:00 AM llegaba hasta las 11:00 AM, siempre daba un pretexto diferente.
Después de la instalación de los dispositivos Mario decidió programar múltiples alertas para estar al pendiente de sus vehículos. Una de ellas le permitía saber si su unidad estaba siendo conducida a altas horas de la noche. Un Domingo en la noche llego esta alerta, Juan estaba usando la unidad para dirigirse a una calle lejana a su hogar, estuvo estacionado aquí desde las 11:00 PM hasta las 4:00 AM. Al día siguiente, cunado llego tarde, dio una excusa que no se relacionaba con los hechos.
Paso así varias veces, al menos una vez por semana. En una de estas ocasiones Mario encendió el micrófono del dispositivo oculto en la cabina del conductor. Se escuchaban voces riendo, música e incluso cervezas abriéndose. Juan estaba con sus amigos tomando dentro de la unidad, en mal estado regresaba a su casa de madrugada y claro, al día siguiente además de llegar tarde, llegaba en condiciones no optimas.
Juan había tenido mucha suerte de no haber ocasionado un accidente serio en las madrugadas, o peor que le robaran la unidad, por estar estacionado y desprevenido dentro de ella a altas horas de la noche. Otro punto realmente alarmante era que en condiciones no optimas iba a hacer entregas y tenia contacto con los clientes.
Con esta información Mario pudo hablar con su chofer, mostrándole todas las pruebas le pidió una explicación, Juan no supo que decir. Después de esto, le quitaron la responsabilidad de una unidad empresarial. Actualmente, hace trabajo de acomodo en almacén, no tiene contacto con los clientes y ahora llego a tiempo a sus turnos.
A veces es difícil plantearnos que algo puede ir mal con nuestro negocio, a nadie le gusta esa sensación. Pero tener todas las herramientas para asegurarnos de que es así, en lugar de solo suponerlo, puede darte aún más tranquilidad. Tener toda esta información también nos ayuda a ser mejores.
Te dejamos aquí algunos secretos para crear experiencias únicas en tu clientes y seguir mejorando, lee: ¿Cómo mejorar tu sistema de entregas?
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