Arturo García llego con nosotros hace 5 años, pero esta historia comienza un poco antes de eso. Hace un tiempo, decidió buscar la forma de obtener un ingreso extra, así que puso a trabajar sus dos autos en una de las más conocidas plataformas de transporte privado. Le daba la oportunidad de trabajar a dos choferes, él ponía el carro y ellos lo manejaban, ambas partes ganaban. El único detalle es que por obvias razones los choferes debían llevarse el auto.
Confiando que sus choferes le daban un buen uso a la unidad y realmente la usaban para trabajar, Arturo solía llamarles solo una vez a la semana para verificar que todo estuviera bien. Sin embargo, un día uno de sus choferes no contesto. Paso días llamándole y tratando de hacer contacto con él, pero no tuvo éxito.
Preocupado, decidió reportar su auto como robado. La policía levanto un reporte y se puso en la lista de búsqueda. Lamentablemente no tuvo tan buenas noticias por parte del seguro, ya que este suceso no fue valido como robo, para ellos es catalogado como “abuso de confianza”, así que la aseguradora no pagaría por la perdida del vehículo.
Después de unas semanas alguien reporto un auto abandonado que coincidía con la descripción del auto de Arturo. Logro encontrar su auto, desafortunadamente no estaba en buenas condiciones, le faltaban muchas piezas, estaba desvalijado, cosa que el seguro no cubriría. No se volvió a saber nada del chofer y se tuvieron que pagar las pérdidas del vehículo.
Tras esta amarga experiencia fue que Arturo comenzó a buscar un sistema de rastreo satelital que le pudiera ayudar a mantener su fuente de ingresos a salvo. Fue cuando llego con nosotros.
Con el tiempo ha logrado crecer el número de unidades que da a trabajar, por lo que ha tenido que contratar a más choferes, pero gracias a nuestro servicio a podido evitar muchas situaciones desagradables. La más reciente fue con Juan.
El empezaba a trabajar tarde y argumentaba que casi no había viajes, cosa que Arturo decidido verificar. Parte de lo que decía era cierto, la app de transporte privado marcaba pocos recorridos, que en total sumaban 10 km. Sin embargo, en el historial de kilometraje del sistema de rastreo se mostraban 100km extras.
Había muchas inconsistencias de este tipo con Juan, por lo provocó que Arturo lo vigilara con más frecuencia. Un día noto que el rastreador lo marcaba estacionado lejos de su casa y no le aparecía en servicio dentro de su plataforma de trabajo. No quiso llamarle, sabía que serían pretextos seguros, así que decidió activar el micrófono del dispositivo de rastreo oculto en la cabina del auto.
Arturo escucho que Juan no estaba solo, se escuchaba música, cómo destapaban algunas cervezas y entre risas una propuesta alarmante. Uno de ellos dijo “Oye entonces… ¿seguro que tu jefe no se va a dar cuenta si me prestas el carro para lo de Acapulco?” a lo que Juan contesto “Para nada, tu divierte, mañana nos vemos para darte en carro como habíamos quedado”.
Al escuchar esto Arturo sintió una horrible sensación, sin embargo, recordó que con un solo clic podía apagar el motor de la unidad, recupero su tranquilidad y lo llevo a cabo. Así, cuando Juan y sus amigos quisieron ir a otro lugar no pudieron seguir con su plan.
Fue así como Arturo evito que su carro terminara en manos equivocadas, tomo la decisión de quitarle el carro a Juan y darle la oportunidad de trabajo a alguien más.
Como Arturo no esperes a que algo grave te pase, toma la decisión de proteger tu herramienta de trabajo, ten la tranquilidad de saber que está en buenas manos y que si algo no parece ir muy bien la misma aplicación puede enviarte alertas de peligro.
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